Lectura Fácil
Manifiesto del Día Internacional de la Mujer
¡El futuro que queremos!
8 de marzo de 2024
El 8 de marzo,
es el Día Internacional de la Mujer.
Fundación CERMI Mujeres
tiene un compromiso
para construir un mundo mejor
donde las mujeres y niñas con discapacidad:
• Seamos reconocidas como lideresas.
• Participemos para conseguir cambios en la sociedad.
• Seamos libres de discriminación, violencia y exclusión.
Aunque se han conseguido muchos avances
para que haya igualdad entre mujeres y hombres
y en favor de las personas con discapacidad,
aún quedan cosas urgentes por conseguir.
Somos más de dos millones y medio
de mujeres con discapacidad en España.
Estamos decididas a construir
el futuro que queremos
y queremos diseñar la hoja de ruta
para conseguirlo.
Fundación CERMI Mujeres
es una ONG
que defiende los derechos de las
mujeres y niñas con discapacidad,
así como de las madres
de personas con discapacidad.
Lideresas
Mujeres que guían a otras mujeres
para que puedan participar
y defender sus derechos.
Inspiran a otras personas
para luchar por sus metas.
Discriminación
Una persona es discriminada
cuando la rechazan
o le niegan la posibilidad
de hacer o decir algo.
Exclusión
Cuando algunas personas
se quedan fuera de la sociedad
porque no les permiten participar.
Las mujeres con discapacidad
afrontamos una discriminación
múltiple e interseccional
en todos los aspectos de la vida.
La discriminación múltiple es
cuando una persona
sufre dos o más motivos
de discriminación a la vez.
Por ejemplo,
cuando nos discriminan
por ser mujer y por tener discapacidad.
La discriminación interseccional
se da cuando una persona es discriminada
por varias causas que se cruzan
y no se pueden separar.
Por ejemplo,
cuando nos discriminan
por ser mujer, tener discapacidad,
ser de otra raza, hablar otro idioma.
Esta discriminación múltiple e interseccional
afecta mucho a nuestra calidad de vida
y dificulta nuestra participación plena en la sociedad.
Las mujeres con discapacidad
nos enfrentamos a muchos obstáculos:
• Prejuicios sobre nuestras capacidades
y estereotipos de género,
que hacen que consigamos menos empleos
y nos paguen menos.
• La sociedad no nos considera mujeres
y por eso cree que no vamos a ser
víctimas de violencias machistas.
Eso hace que estos servicios de apoyo y protección,
no sean accesibles
ni se adapten a nuestras necesidades.
• Los centros y servicios de salud
no tienen accesibilidad física y ni a la comunicación.
Tampoco podemos acceder
los centros médicos y servicios donde atienden
nuestra salud sexual y reproductiva.
El personal que trabaja
en los centros y servicios de salud
debe atendernos con respeto
y teniendo en cuenta nuestras necesidades.
• Pocas mujeres con discapacidad
participan en la política y en las actividades sociales.
Es muy importante que participemos y asegurarnos
que tengan en cuenta nuestra necesidades
cuando se toman decisiones.
• Nos encontramos con barreras en la educación
que limitan nuestras oportunidades
y nos impiden desarrollarnos totalmente
a nivel personal y profesional.
Para conseguir que todo esto cambie
necesitamos una estrategia que:
• Incluya políticas públicas
para eliminar barreras físicas y
barreras que nos impidan comunicarnos.
También tienen que eliminar los prejuicios,
las ideas falsas sobre lo que podemos hacer
las mujeres con discapacidad.
• Promueva la igualdad de género
y el empoderamiento de las mujeres con discapacidad.
• Garantice nuestro acceso real y efectivo a la justicia.
• Mejore nuestro empleo.
• Asegure nuestra participación
en la vida social, económica, y política.
Para conseguirlo es muy importante
que colaboren el gobierno, las ONGs,
y las mujeres con discapacidad.
Por todo ello, este 8 de marzo
las mujeres con discapacidad organizadas
de nuestro país
queremos EXIGIR:
– La eliminación total de la violencia
contra las mujeres con discapacidad.
Que se tomen medidas para prevenirla.
Que nos aseguren los apoyos que necesitamos.
La violencia es un delito.
La violencia dificulta que podamos participar en la sociedad.
– Que las justicia sea accesible
y tenga en cuenta nuestras necesidades.
Que garantice nuestros derechos
y nos permita participar realmente
en los procesos judiciales,
teniendo en cuenta nuestras capacidades.
– Que con las políticas se consiga
igualdad de oportunidades
en el empleo y la educación
para que podamos desarrollarnos profesionalmente
y ser independientes económicamente.
– El derecho de las mujeres y niñas con discapacidad
a acceder a centros y servicios de salud,
incluyendo la salud sexual y reproductiva.
Que en estos servicios nos traten con respeto
y no nos discriminen.
– Que en todos los espacios
donde se toman decisiones
estemos representadas
las mujeres y niñas con discapacidad,
para asegurar que nos escuchen
y podamos participar
en la construcción de una sociedad
en la tengamos las mismas oportunidades y posibilidades.
– Que la educación tenga en cuenta
las necesidades específicas
de las niñas con discapacidad.
Que podamos acceder a una educación de calidad
y podamos desarrollar nuestras capacidades al máximo.
Esto permitirá nuestro empoderamiento y autonomía.
– La eliminación de todas las barreras que nos impiden
a las mujeres y niñas con discapacidad
vivir de manera independiente
y participar en todos los aspectos de la vida comunitaria.
Las leyes nacionales e internacionales
obligan a que todo esto se cumpla.
Se han de respetar y cumplir
nuestros derechos humanos.
Y el gobierno tiene que crear políticas
para que se cumpla las leyes
y hacer un seguimiento
para comprobar que se está haciendo correctamente.
Pedimos también a la sociedad
que se una a nuestra reivindicación
para que entre todas las personas
podamos construir un mundo mejor.
Porque la lucha por la igualdad y la inclusión
de las mujeres con discapacidad
es una lucha que nos corresponde
a todos los ciudadanos y ciudadanas.
No descansaremos hasta que todas las mujeres,
con o sin discapacidad,
tengamos la oportunidad de vivir vidas
libres de discriminación, violencia y sin barreras.
Porque el futuro que queremos ya ha comenzado.
Fundación CERMI Mujeres
8 de marzo de 2024
En este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, desde la Fundación CERMI Mujeres reafirmamos nuestro compromiso con la construcción de un mundo donde las mujeres y niñas con discapacidad seamos reconocidas como lideresas y agentes de cambio, libres de discriminación, violencia y exclusión. A pesar de los avances significativos en la lucha por la igualdad entre mujeres y hombres y en favor de las personas con discapacidad, aún enfrentamos desafíos críticos que requieren de una atención urgente y de acciones decididas.
Somos más de dos millones y medio de mujeres con discapacidad comprometidas a construir el futuro que queremos y estamos convencidas de que la tarea de diseñar la hoja de ruta que debemos seguir arranca aquí y ahora, con el conocimiento y las experiencias acumuladas desde que comenzamos a organizarnos allá por la década de los noventa.
La situación de exclusión social y discriminación que enfrentamos las mujeres con discapacidad en España, al igual que en muchas otras partes del mundo, es compleja y multifacética, ya que se encuentran en la intersección de varias formas de opresión. Esta discriminación múltiple e interseccional afecta de manera significativa nuestra calidad de vida y dificulta nuestra participación plena en la sociedad.
Las mujeres con discapacidad nos enfrentamos a obstáculos significativos en el mercado laboral, no solo por prejuicios sobre nuestras capacidades, sino también por la interacción entre estas percepciones y estereotipos de género, así como por la falta de adaptaciones y apoyos necesarios. Esto se traduce en tasas de empleo más bajas, condiciones laborales precarias y segregación ocupacional.
Además, debido a que el imaginario social no nos considera mujeres y, por ende, potenciales víctimas de violencias machistas, nos encontramos con dificultades añadidas a la hora de acceder a servicios de apoyo y protección, por la inexistencia de recursos accesibles y apropiados para nuestras necesidades específicas.
La discriminación interseccional complica también nuestro acceso a servicios de salud adecuados, incluida la información y atención relacionados con la salud sexual y reproductiva. Las barreras incluyen no solo la accesibilidad física, cognitiva y a la comunicación, sino también prejuicios y falta de preparación del personal de salud para atender de manera inclusiva y respetuosa.
Por su parte, hay que tener presente que nuestra representación y participación en espacios políticos y sociales es muy limitada, por ello es fundamental promover nuestra inclusión activa para asegurar que nuestras perspectivas y necesidades sean consideradas en la toma de decisiones.
Las barreras en la educación para niñas y mujeres con discapacidad son, asimismo, un claro ejemplo de discriminación. Estas barreras limitan nuestro acceso a oportunidades educativas inclusivas y de calidad, restringiendo así nuestro potencial de desarrollo personal y profesional.
Para abordar estos desafíos, es crucial una estrategia integral que incluya políticas públicas dirigidas a eliminar todo tipo de barreras; promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres con discapacidad; garantizar nuestro acceso real y efectivo a la justicia; mejorar la inclusión en el mercado laboral y asegurar nuestra participación en todos los aspectos de la vida social, económica, y política. La colaboración entre el gobierno, las organizaciones de la sociedad civil, y las propias mujeres con discapacidad organizadas es fundamental para avanzar hacia una sociedad más inclusiva y equitativa.
Por todo ello, este 8 de marzo las mujeres con discapacidad organizadas de nuestro país elevamos nuestra denuncia para EXIGIR:
- La total erradicación de la violencia contra las mujeres con discapacidad, a través de medidas efectivas para prevenir y responder a todas las formas de violencia contra las mujeres y niñas con discapacidad, asegurando nuestro a servicios de apoyo adecuados. La violencia no solo es un atentado contra nuestra integridad física y psicológica, sino también un obstáculo grave para nuestra participación plena en la sociedad.
- Sistemas de justicia accesibles y sensibles a las necesidades de las mujeres y niñas con discapacidad, que superen las inercias capacitistas y patriarcales que aún impregnan su quehacer y que garanticen nuestro derecho a una protección efectiva frente a la violencia y abusos, evitando la revictimización y promoviendo nuestra participación real en procesos judiciales.
- Un empoderamiento económico a través de la implementación de políticas que promuevan la igualdad de oportunidades en el empleo y la educación para podamos desarrollarnos profesionalmente
- El derecho de las mujeres y niñas con discapacidad a acceder a servicios de salud integral, incluyendo la salud sexual y reproductiva, sin discriminación ni coacción.
- La garantía de que exista una representación equitativa de las mujeres y niñas con discapacidad en todos los espacios de toma de decisiones, desde el ámbito local hasta el internacional, asegurando nuestra voz y liderazgo en la construcción de sociedades más inclusivas e igualitarias.
- Una educación accesible e inclusiva que reconozca e incorpore las demandas s específicas de las niñas con discapacidad, como piedra angular para el empoderamiento y autonomía desde edades tempranas.
- La remoción de todas las barreras físicas, comunicativas y actitudinales que impiden a las mujeres y niñas con discapacidad vivir de manera independiente y participar plenamente en todos los aspectos de la vida comunitaria.
Las mujeres con discapacidad enfrentamos desafíos únicos que requieren una respuesta política coordinada, inclusiva y efectiva. Por ello, resulta clave la rendición de cuentas por parte del gobierno respecto a las políticas que benefician a las mujeres con discapacidad. Se trata de un imperativo ético y legal que subraya el compromiso con la justicia social, la equidad y el respeto a los derechos humanos. La rendición de cuentas en este contexto no solo implica la creación y aplicación de políticas específicas, sino también un monitoreo continuo y una evaluación transparente de su impacto y eficacia. Esta rendición de cuentas incluye necesariamente el cumplimiento de obligaciones internacionales contraídas por España.
Desde aquí hacemos un llamado a la reivindicación, a la solidaridad, a la empatía y al compromiso activo de toda la sociedad española con el fin último de construir un mundo más inclusivo, justo y equitativo. Porque la lucha por la igualdad y la inclusión de las mujeres con discapacidad es una lucha que nos concierne a toda la ciudadanía.
No descansaremos hasta que todas las mujeres, con o sin discapacidad, tengamos la oportunidad de vivir vidas libres de discriminación y violencia.
Porque el futuro que queremos ya ha comenzado.
FCM
8 de marzo de 2024