“La salud mental tiene que ser una prioridad en la agenda de los gobiernos y administraciones”

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Elena Briongos Rica es la presidenta de la Federación Salud Mental Castilla y León, que nació hace 30 gracias al impulso de las asociaciones de familiares y personas con problemas de salud mental. Apuestan por un modelo comunitario de atención, que entienda que los apoyos deben ofrecerse en el entorno habitual de las personas, con el proyecto de vida como elemento de partida y principal herramienta para la atención y el apoyo a las personas, sus necesidades, expectativas y preferencias.

¿Cómo ayudáis a las personas y sus familiares desde la Federación SMCYL?

Nuestro movimiento asociativo está comprometido con su misión, que no es otra que mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad psicosocial (salud mental) y sus familias, y defender sus derechos.

La Federación Salud Mental Castilla y León nació hace 30 años, gracias al impulso de las asociaciones de familiares y personas con problemas de salud mental existentes, que comenzaron a plantear, a finales de los años 80, que el valor de la unidad era imprescindible desde el convencimiento de que necesitamos los unos de los otros, y que nos tenemos que apoyar para poder conseguir metas y objetivos comunes.

Las personas han sido y son el principal activo con el que cuenta nuestro movimiento asociativo. Personas diversas, participativas, comprometidas, solidarias… Historias de vida marcadas por el estigma de la salud mental, el rechazo, los prejuicios, el desconocimiento, la evitación, la vulneración de derechos, la exclusión, etc…. Historias de vida que hemos hecho nuestras y hemos acompañado a lo largo de estos 30 años, facilitando los apoyos necesarios en base a sus proyectos de vida que promuevan la autonomía, la seguridad, la confianza en sí mismo, las capacidades y el control de su propia vida. Porque sí, todas las personas tienen derecho a alcanzar sus metas y a tener una vida con sentido.

A lo largo de estos 30 años hemos creado y facilitado lazos de unión fuertes en el movimiento asociativo Salud Mental Castilla y León, conectando a nuestras asociaciones y a las personas que las representan, las familias, las personas con problemas de salud mental y los equipos profesionales, compartiendo buenas prácticas y poniéndolas en valor, y generando diversos recursos de apoyo y soporte social necesarios para la recuperación y la inclusión en la comunidad.

¿Qué otros trabajos realizáis?

Nuestra principal función es coordinar a nuestras asociaciones, sus centros y servicios, crear espacios de reflexión conjunta, de intercambio de experiencias y buenas prácticas, generar conocimiento y realizar una adecuada transferencia del mismo.

También canalizamos demandas de nuestras asociaciones, haciendo una importante labor reivindicativa y de incidencia política. La denuncia de vulneración de derechos es otra de nuestra labor principal. Por desgracia todavía existen numerosas situaciones de vulneración de derechos humanos en personas con discapacidad psicosocial. Generamos espacios de denuncia, reflexión, información y defensa de los derechos humanos de las personas con problemas de salud mental y sus familiares.

Por otro lado, queremos poner a las personas en el centro, personas con discapacidad psicosocial y sus familiares y entorno más próximo, creando espacios de participación en primera persona, desde la propia experiencia en salud mental.

Otra labor importante es todo lo relacionado con la sensibilización y concienciación. La salud mental es transversal a todos los ámbitos de nuestra vida y a todos nuestros ciclos vitales. Tenemos que prestar atención a nuestro bienestar emocional, desde un enfoque positivo y colectivo, a través del autocuidado de nosotros y nosotras mismas y la relación con las demás personas.

Es importante establecer relaciones sanas y positivas con otras personas y en la comunidad, que favorezcan la identificación de situaciones predictoras de mala salud mental o señales de riesgo.

¿Cuántos centros tenéis en CyL?

Tenemos una importante trayectoria y una fuerte implantación en todo el territorio de Castilla y León, con 11 asociaciones, una en cada capital de provincia y dos más en la provincia de Burgos, en Aranda de Duero y Miranda de Ebro. Pero también estamos muy presentes en el medio rural de Castilla y León, a través de 21 delegaciones y programas que se extienden por todos los rincones de nuestra Comunidad.

En el conjunto de nuestras asociaciones y delegaciones, gestionamos 19 centros de día, 2 residencias y 7 centros especiales de empleo, y numerosos programas y servicios de apoyo y soporte social, entre los que destacan las viviendas supervisadas, el servicio de asistencia personal, el de promoción de la autonomía personal, el programa de itinerarios de inclusión laboral y los programas de apoyo a familias, entre otros.

Apostamos por un modelo comunitario de atención a la salud mental, que entienda que los apoyos deben ofrecerse en el entorno habitual de las personas, con el proyecto de vida como elemento de partida y principal herramienta para la atención y el apoyo a las personas, sus necesidades, expectativas y preferencias.

¿Cuáles son las principales reivindicaciones qué hacéis desde vuestra Federación?

Nuestras principales reivindicaciones se centran en exigir un aumento de la inversión pública en salud mental en general, con un enfoque de atención comunitaria. La salud mental tiene que ser una prioridad en la agenda de los gobiernos y administraciones.

También es importante invertir en prevención y promoción de la salud mental en el ámbito educativo, implantando una “asignatura” de educación emocional que favorezca y promueva el desarrollo de capacidades de gestión emocional de los y las menores.

Prestar mayor atención a las desigualdades que influyen directamente y producen un empeoramiento de la salud mental, dotando de mayores recursos y medios: desigualdades de género, menores, pobreza, precariedad laboral, aislamiento social y soledad no deseada.

Y en particular, mayor inversión pública en prevención del suicidio, en crear entornos laborales más accesibles para personas con discapacidad psicosocial (un problema de salud mental no tiene que ser un impedimento para obtener y mantener un empleo), incremento de los recursos de atención y apoyo a la salud mental infanto-juvenil, por mencionar algunas reivindicaciones concretas.

¿Qué proyectos estáis poniendo en marcha?

Muchos. Por destacar algunos, llevamos años apostando por la Asistencia Personal en salud mental. En este sentido tenemos en marcha varios proyectos encaminados a promover estos servicios y en facilitar la vida independiente y la inclusión en la comunidad, acciones formativas, de gestión y transferencia del conocimiento, etc.

Este año estamos desarrollando un proyecto de prevención del suicidio, “Segundas Oportunidades”, que emerge como una iniciativa integral y comprometida con la prevención del suicidio. Las actividades desarrolladas buscan abordar el riesgo de suicidio y promover la salud mental en la comunidad, la capacitación de profesionales, el seguimiento y apoyo personalizado a personas en riesgo.

Otro importante proyecto que estamos llevando a cabo es un estudio de investigación sobre envejecimiento de personas con problemas de salud mental, estudiando las posibles variables que influyen en su envejecimiento prematuro, identificando modelos de atención que puedan servir de referencia y elaborando alternativas sobre respuestas (de servicios sociales especializados y sanitaria) que pudieran necesitar.

También nuestro Campus Virtual tiene una importante actividad y cada año incorporamos formaciones especializadas de interés para los equipos profesionales de nuestras asociaciones.

Todo lo relacionado con la situación de las mujeres y la salud mental es algo que nos preocupa. Especialmente desarrollamos el Proyecto JULIA, Mujeres Rurales y Salud Mental, un proyecto que nace de la constatación de la Federación de la existencia de necesidades específicas de las mujeres que viven en entornos rurales, y en concreto de la especial prevalencia que tienen en ellas los malestares psíquicos, los de género y la violencia de género.

Por último, a partir de ahora pondremos mucho el foco en el tema elegido para conmemorar este año el Día Mundial de la Salud Mental (10 de octubre), “Es hora de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo”. Es importante generar entornos laborales sensibles a la salud mental y el bienestar emocional de los y las trabajadoras. Pondremos en marcha acciones de sensibilización en este sentido.

¿Cuáles son vuestros objetivos para los próximos años?

Nuestros principales objetivos y retos para los próximos años están enfocados en consolidar algunos proyectos, como el Proyecto JULIA, o proyectos de atención a la salud mental infanto-juvenil que desarrollan nuestras asociaciones, especialmente desde el punto de vista económico y de financiación pública, e implicación de las administraciones. Son proyectos con mucho valor e impacto social en las personas, pero cuentan con una financiación deficitaria.

Nos gustaría también poder acceder y desarrollar proyectos en el marco de los Fondos Europeos. Tenemos experiencia en la gestión y ejecución de proyectos, como Itinerarios de Empleo (FSE+) y el proyecto Viviendo en Red (NextGenerarion EU), con importantes resultados, y estamos trabajando para poder acceder a nuevas líneas de financiación a través dichos fondos.

Seguiremos enarbolando la bandera de los derechos humanos tratando de alcanzar importantes hitos en esta dirección, en colaboración con nuestras asociaciones y con todo el movimiento asociativo Salud Mental España.

Más allá de los casos de vulneración y las denuncias, atisbamos algunos rasgos de optimismo y logros importantes, que ponen el foco en una inclusión real y efectiva en la comunidad de las personas con problemas de salud mental, a través de iniciativas que impulsan su autonomía, sobre todo a través del fomento del empleo y de la figura de la asistencia personal. Ese será nuestro camino a seguir.

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